El cambio de plataforma proporciona una forma eficiente de modernizar las aplicaciones y la infraestructura, mejorando el rendimiento, la escalabilidad y el control en entornos multinube e híbridos, todo ello sin reescribir la aplicación.
Después de leer este artículo podrás:
Contenido relacionado
Cómo realojar aplicaciones
¿Cómo refactorizar aplicaciones?
Modernización de aplicaciones
Migración a la nube
Transformación digital
Suscríbase a theNET, el resumen mensual de Cloudflare sobre las ideas más populares de Internet.
Copiar enlace del artículo
El cambio de plataforma es una estrategia de migración a la nube que permite a las organizaciones trasladar sus aplicaciones, a menudo parcialmente, de un entorno informático a otro. A diferencia de una reconstrucción completa o un realojamiento, el cambio de plataforma se centra en realizar mejoras selectivas, a menudo a nivel de infraestructura, sin alterar la funcionalidad básica de la aplicación. El objetivo suele ser mejorar la seguridad, consolidar la infraestructura de las aplicaciones, simplificar la adición de nuevas funciones y crear una base más eficiente para el desarrollo futuro.
Muchas organizaciones se ven en la necesidad de cambiar su plataforma a medida que se enfrentan a desafíos cada vez mayores para mantener el rendimiento y gestionar la complejidad en entornos de nube heredados, híbridos y fragmentados. En muchos casos, esta complejidad la crean las realidades prácticas:
Más allá de estos factores estructurales, los costes de infraestructura siguen aumentando a medida que las aplicaciones escalan en varias nubes. Las estrategias tradicionales de los centros de datos y la adopción gradual de la nube han dado lugar a ecosistemas inflados y fragmentados.
Las presiones de seguridad también pueden estar aumentando. Las empresas suelen seguir uno de estos dos caminos difíciles: crear controles de seguridad nativos dentro de cada nube pública, lo que requiere que los equipos naveguen por políticas, interfaces de usuario y APIs incoherentes; o la aplicación de superposiciones de seguridad de terceros, que a menudo aumentan la sobrecarga operativa y crean brechas de visibilidad.
Las demandas de rendimiento y entrega de contenidos son igualmente exigentes. Los equipos se ven obligados a gestionar varias herramientas y flujos de trabajo especializados para la optimización de medios, los canales de contenidos y la entrega en varios dispositivos. Los desarrolladores dedican más tiempo a resolver problemas de latencia y limitaciones de la plataforma que a innovar.
A medida que estos desafíos convergen, el cambio de plataforma puede convertirse en un factor de crecimiento. Ayuda a las empresas a optimizar sus entornos, a reducir la expansión operativa y a recuperar el control en arquitecturas multi-nube e híbridas, todo ello al mismo tiempo que posiciona a los equipos para respaldar la innovación futura con mayor agilidad y confianza.
El cambio de plataforma es un proceso estructurado que comienza mucho antes de que se produzcan cambios en la infraestructura.
Antes de tomar cualquier decisión de cambio de plataforma, las organizaciones deben evaluar sus aplicaciones existentes. Esto incluye comprender la arquitectura, las dependencias y la huella de infraestructura de cada aplicación. Sin esta visibilidad, los equipos corren el riesgo de migrar servicios incompatibles o de pasar por alto cuellos de botella clave en el rendimiento, que podrían trasladarse al nuevo entorno.
Las áreas importantes a evaluar incluyen:
Esta evaluación también es una oportunidad para priorizar qué aplicaciones son buenas candidatas para el cambio de plataforma. No es necesario cambiar la plataforma de todas las aplicaciones, ya que algunas pueden ser más adecuadas para una refactorización completa o un simple traslado (realojamiento). El objetivo es identificar dónde el cambio de plataforma ofrece el mayor valor en términos de reducción de costes, mejoras de rendimiento y simplificación operativa.
La evaluación exhaustiva de la compatibilidad y la escalabilidad de la plataforma al principio del proceso permite a las organizaciones evitar sorpresas caras durante la migración de las aplicaciones. Esta fase de planificación garantiza que la ruta de migración se base en las restricciones del mundo real y las prioridades empresariales, y no solo en los diagramas de arquitectura teóricos.
El cambio de plataforma no se trata de elegir una plataforma completamente nueva y abandonar lo que funciona. La mayoría de las empresas no empiezan desde cero. En su lugar, adoptan un enfoque gradual: mejoran su pila existente para mejorar la escalabilidad, la resistencia y el rendimiento, al mismo tiempo que introducen gradualmente capacidades de plataforma como servicio (PaaS) para complementar su actual infraestructura como servicio (IaaS) y estrategias de software como servicio (SaaS).
La PaaS actúa como un acelerador, no como un sustituto. Al superponer las soluciones PaaS a los entornos existentes, las empresas pueden aprovechar las ventajas nativas de nube, como la escalabilidad automatizada, los servicios gestionados y una implementación más rápida, sin la interrupción de una remodelación completa de la arquitectura. Este enfoque permite a los equipos modernizar los componentes críticos al tiempo que mantienen estables los sistemas principales.
Al introducir PaaS en la pila existente, varios factores clave ayudan a garantizar el éxito:
La mayoría de las empresas siguen confiando en estrategias híbridas o multinube para equilibrar el rendimiento, la optimización de costes y la gestión de riesgos. El cambio gradual de plataforma se adapta a esta realidad, ya que permite a las organizaciones mejorar la fiabilidad y la agilidad sin depender de un único proveedor o arquitectura.
Con el destino definido, los equipos de desarrollo deben preparar las aplicaciones para que se ejecuten eficazmente en el nuevo entorno. Esto a menudo requiere ajustes técnicos para garantizar la compatibilidad de la plataforma y optimizar el rendimiento.
Los pasos clave para garantizar una transición sin problemas incluyen:
Estas actualizaciones deben ser iterativas y probarse al principio en entornos de ensayo que reflejen fielmente la producción, lo que permite a los equipos resolver los problemas antes de la implementación a gran escala.
La etapa final del cambio de plataforma se centra en migrar la aplicación y validar su rendimiento, estabilidad e integridad en el nuevo entorno. Aquí es donde la planificación minuciosa de la migración de aplicaciones y las estrategias de migración bien definidas demuestran su valor. Durante la propia migración, es importante preservar la integridad de los datos, especialmente para los sistemas que implican transacciones a tiempo real o bases de datos distribuidas.
Para ello, las organizaciones suelen utilizar hashes criptográficos o sumas de comprobación para verificar que los datos no se modifican durante la transferencia. La encriptación garantiza la confidencialidad e integridad de los datos en tránsito, mientras que las firmas digitales se pueden utilizar para detectar la manipulación o proporcionar trazabilidad. Después de la migración, la integridad se valida comparando los valores hash, ejecutando comprobaciones de coherencia o utilizando herramientas nativas de bases de datos para confirmar que todos los datos se han replicado con precisión.
El tiempo de inactividad debe minimizarse mediante técnicas como las implementaciones blue-green, las versiones canary o la duplicación de tráfico, las cuales permiten a los equipos validar el comportamiento de las aplicaciones sin una transición completa:
Una vez que la aplicación está activa, la atención se centra en la validación. Las pruebas funcionales garantizan que la lógica principal, los flujos de trabajo y las experiencias de los usuarios funcionen según lo previsto. Las pruebas de rendimiento comparan la aplicación modificada con su estado anterior para comprobar si hay mejoras o detectar ralentizaciones, errores o problemas de velocidad y fiabilidad. La validación de seguridad confirma que los controles de acceso, las herramientas de supervisión y las políticas de seguridad se han vuelto a aplicar con precisión en toda la nueva pila. Además, la observabilidad es esencial: se deben implementar métricas, registros y rastreos para proporcionar visibilidad del comportamiento del entorno de ejecución e identificar los problemas en una fase temprana.
En última instancia, una validación satisfactoria confirma que la aplicación se ejecuta, pero también garantiza que funciona mejor, de forma más segura, y que está posicionada para escalar y evolucionar con las necesidades de desarrollo futuras.
Cloudflare admite el cambio de plataforma ampliando las pilas existentes con entrega de contenido optimizada, almacenamiento de datos localizado, dirección dinámica del tráfico y seguridad Zero Trust unificada. Evita las amenazas de IA generativa, los componentes maliciosos y los ataques a las APIs, al mismo tiempo que obtienes visibilidad para la conformidad. Con la computación sin servidor y el almacenamiento en caché perimetral, Cloudflare ayuda a modernizar las aplicaciones de forma incremental, mejorando la escalabilidad, el rendimiento y el control en entornos multi-nube e híbridos.
Más información sobre la modernización de aplicaciones.